El ex intendente de Hurlingham, Juan Zabaleta, envió el pasado 30 de junio una dura carta documento al actual jefe comunal camporista, Damián Selci, a quien acusó de desplegar “prácticas de hostigamiento institucional, persecución política y manipulación administrativa” contra su persona. Según Zabaleta, la retención deliberada de expedientes de su anterior administración ante el tribunal de cuentas de la provincia, no responde a un control administrativo genuino por parte de la gestión de Selci, sino a una estrategia desesperada para ocultar la falta de resultados de la actual gestión.

“Lo que intentan hacer conmigo es exactamente lo que los poderes concentrados hacen con Cristina Fernández de Kirchner”, lanzó Zabaleta, comparando el accionar de Selci con las prácticas de Lawfare y señalando que “critican afuera lo que ejercen adentro del distrito”. Según advirtió, la retención de expedientes de 2023 –todos rendidos y en regla–ante el Tribunal de cuentas provincial, es “una puesta en escena para impedir su evaluación” y calificó la auditoría oficial como “una escena montada por militantes que cobran sumas millonarias y administran el presupuesto con opacidad”.

El silencio de Selci y su gabinete contrasta con un clima social cada vez más tenso. Vecinos protestan por la inseguridad, el narcotráfico, la falta de calefacción en escuelas y el nuevo plan de estacionamiento medido, señalado como un “plan recaudatorio”. Según la Consultora CB, la imagen negativa de Selci supera el 60% y lo convierte en el intendente de peor imagen en el Conurbano Bonaerense.

Zabaleta también reclamó una auditoría independiente –proponiendo a la UBA, Poder Ciudadano o CIPPEC– para revisar su gestión, cuestionando la supuesta transparencia del actual gobierno local. En esa línea, remarcó posibles irregularidades durante el interinato de Selci en convenios con el PAMI, los cuales acumulan causas judiciales por desvío de fondos públicos y el uso electoral de recursos destinados a jubilados. Además, denunció que Hurlingham se convirtió en “una unidad básica de La Cámpora con presupuesto oficial”, desde donde se persigue a quienes piensan diferente y se gobierna solo para un grupo reducido.

Finalmente, el ex intendente exigió “cesar la persecución política disfrazada de control administrativo” y restituir los expedientes retenidos. Mientras tanto, crece la versión de que el municipio está manejado por la conducción nacional de La Cámpora, con la jefa de Gabinete Florencia Lampreabe como figura clave y Selci cada vez más apartado y debilitado.