El Conurbano de Buenos Aires violento y degradado por las malas condiciones económicas, la falta de trabajo y los enormes bolsones de pobreza tiene en Hurlingham su peor rostro, porque el poder político de La Cámpora que gobierna con el intendente Damián Selci está mezclado con los barra bravas, las zonas liberadas y la venta de drogas.

Los vecinos aterrados por las muertes en pleno día, los asaltos con armas, robos de vehículos y cuevas de venta de droga son moneda corriente en el Hurlingham de hoy, lejos de aquel que supo ser una referencia de tranquilidad en el oeste del Gran Buenos Aires.

Es que el gobierno municipal de La Cámpora, con Damián Selci y Florencia Lampreabe a la cabeza, es un hervidero de barras de Boca Juniors, River Plate, Deportivo Morón y San Miguel, que actúan a cielo abierto con la política que los protege y los usa para sus negocios.

Día tras días se ven en los despachos “culatas” que protegen al intendente cuando dice caminar por los barrios, con funcionarios como el actual secretario de Espacios Públicos, Pablo Suarez, reconocido barra brava de Boca, con terminales en oscuros negocios de un predio llamado La Catedral, ubicado en Gral. Pedro Díaz 2014, que de la mano de su administrador estafaron en más de 100 millones de pesos a 400 familias que querían enviar a sus hijos a las inferiores de Argentino Juniors.

Además con auténticas zonas liberadas en los barrios, donde la policía deja a los vecinos a merced de los delincuentes y los narcos. La justicia investiga este entramado de negocios sucios, violencia y política de La Cámpora , mientras Selci, alfil de Máximo Kirchner, tiene la peor imagen de todos los intendentes del Conurbano y los vecinos aprietan los dientes sabiendo que más temprano que tarde serán las próximas víctimas.