Estudiantes logró clasificarse a los cuartos de final de la Copa Libertadores tras un sufrido 0-0 contra Cerro Porteño en el estadio UNO, asegurando su pase gracias al 1-0 obtenido en Asunción.

Sin embargo, el partido en La Plata mostró a un equipo excesivamente cauto, que priorizó defender la ventaja mínima en lugar de buscar el arco rival. A pesar de alcanzar un objetivo que llena de orgullo a sus hinchas, el nivel colectivo e individual del Pincha fue decepcionante, con un planteo táctico que no funcionó y un juego que dejó mucho que desear, generando preocupación de cara al próximo desafío contra Flamengo.

El primer tiempo fue un reflejo de las falencias de Estudiantes, con un mediocampo sin ideas, bandas poco productivas y una posesión imprecisa que dificultó generar peligro. Jugadores como Alexis Castro y Tiago Palacios no lograron desequilibrar, mientras que el campo de juego, afectado por el viento y resbaladizo, complicó aún más el desempeño.

El planteo de Eduardo Domínguez, centrado en la contención, no dio resultados, y el equipo se mostró errático, lejos del arco rival y dependiendo de la falta de audacia de Cerro Porteño para mantener el empate. Los hinchas expresaron su frustración, especialmente en una jugada final del primer tiempo donde nadie se animó a tirar un centro al área.

En el segundo tiempo, los ajustes tácticos de Domínguez, como formar una línea de cinco defensores o mover a Castro a posiciones poco habituales, no mejoraron el panorama. Cerro Porteño, aunque limitado, logró generar temor con centros al área entre los 20 y 30 minutos, mientras Estudiantes apenas inquietó con un disparo aislado de Mikel Amondarian.

En los minutos finales, el rival intentó con pelotazos, pero no tuvo claridad, y el Pincha desaprovechó oportunidades claras, como un mano a mano fallido de Castro. Pese al pobre desempeño, el empate aseguró el pase y un premio de 1,7 millones de dólares, aunque el equipo deberá elevar su nivel en el próximo mes para competir en la élite de la Conmebol.