Damián Selci, intendente de Hurlingham, comienza ahora a recorrer los barrios detrás de Juan Zabaleta, actual candidato a concejal por Somos Hurlingham; intentando imitar la cercanía que el ex intendente mantiene con los vecinos. Lo hace en plena campaña y a semanas de las elecciones legislativas, en un intento desesperado por mostrarse cerca de la gente y ocuparse de problemas que en año y medio no resolvió.
El sábado pasado, Zabaleta estuvo en la Plaza Yapeyú en Villa Tesei donde una vez más compartió mates con los vecinos y escuchó de primera mano sus necesidades y preocupaciones. Entre los temas que surgieron se destacaron la inseguridad, la venta de drogas y el mal estado de las calles. También se enfatizó en la situación actual de las escuelas: la primaria N°19 del barrio lleva meses sin calefacción y 29 de las 31 escuelas públicas del distrito están en condiciones deplorables, con estufas rotas, ventanas abiertas y puertas que no cierran.
A esos problemas se suma el constante reclamo por el abandono del Hospital PAMI en Hurlingham, anunciado en 2022 por Máximo Kirchner y Selci con la promesa de que estaría terminado en nueve meses. Hubo actos, propagandas y hasta una inauguración parcial en 2023. Pero la realidad es otra: el edificio sigue inactivo, sin guardia, sin internación, sin quirófanos ni diagnóstico por imágenes. Fue un montaje de campaña que, pasado el ruido electoral, quedó reducido a un cascarón vacío.
En este contexto, Selci busca mostrarse activo, pero la puesta en escena choca con lo que los vecinos saben: en año y medio no atendió los problemas estructurales de Hurlingham. Su campaña se sostiene en la candidatura de la camporista Florencia Lampreabe, actual jefa de Gabinete municipal, exdiputada nacional y puntera de Máximo Kirchner.
Lampreabe, que evita el contacto directo con los vecinos y delega todo en secretarias, es esposa de Eugenio Garriga, ex número tres del PAMI y hoy secretario de Educación en el distrito, señalado por la justicia en la causa de los centros de jubilados fantasmas y la ruta del dinero negro de las “plazas PAMI”. Mientras tanto, la familia Garriga-Lampreabe embolsa más de 10 millones de pesos al mes en sueldos municipales.