Damián Selci está al borde del abismo. Con un 56,2% de imagen negativa, el intendente de Hurlingham continúa bajando en la tabla y se posiciona como el anteúltimo peor valorado del Conurbano Bonaerense, según la última encuesta de CB Consultora publicada en enero. En apenas un año, su imagen positiva se derrumbó del 51,1% al 38,2%, reflejando el creciente hartazgo de los vecinos, que lo culpan por la crisis en seguridad, salud y educación.
El malestar en Hurlingham no es casualidad. La gestión de Selci está marcada por denuncias de corrupción que involucran a La Cámpora y al PAMI, donde ex funcionarios como María Eugenia Methol y Valeria Zalazar están bajo la lupa judicial. Según las acusaciones, en 2022 se montó un esquema de talleres "fantasma" para desviar fondos de jubilados y financiar la campaña electoral del camporista en 2023. Este escándalo se suma al abandono del prometido hospital del PAMI, que fue recategorizado como Centro Ambulatorio por no cumplir los estándares necesarios.
Pero Selci no solo enfrenta cuestionamientos por su gestión, sino también por las campañas sucias que lo llevaron al poder. Durante la última elección, portales de “fake news” financiados por La Cámpora, como: La Ventana del Oeste, El Ojo Liberal y Hurlingham Post, entre otros; fueron utilizados para difamar a la oposición y manipular la opinión pública. Esta estrategia no es aislada: en Salta, el camporista Emiliano Estrada enfrenta acusaciones similares por operar una red de cuentas falsas en TikTok para atacar a sus adversarios políticos.
La justicia podría dar un golpe decisivo a este entramado en los próximos días. Se esperan medidas judiciales que podrían destapar cómo La Cámpora utilizó fake news y estructuras paralelas de comunicación para sostener el poder. En este contexto, Selci se encuentra cada vez más aislado: el rechazo interno dentro del kirchnerismo crece y sectores provinciales ya presionan para que renuncie.
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