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Se llevaron objetos religiosos de valor

Entraron a robar en una iglesia de San Isidro por quinta vez en menos de un año

El delincuente hurtó la cruz del altar, entre otros objetos religiosos
El delincuente hurtó la cruz del altar, entre otros objetos religiosos

La Parroquia Nuestra Señora de Luján de Villa Adelina, ubicada en la calle Independencia al 1800 de San Isidro, fue escenario de un nuevo episodio delictivo, marcando el quinto robo sufrido por la institución en menos de un año.

El incidente resulta especialmente doloroso por la sustracción de la cruz del altar, un símbolo de profundo significado espiritual para la comunidad religiosa. El robo tuvo lugar en un momento delicado, coincidiendo con una clase de catequesis que congregaba a un centenar de padres y niños en las inmediaciones de la iglesia. Este evento generó un estado de alerta entre los miembros de la comunidad, quienes también dependen del templo para la gestión del Colegio San Andrés Avelino.

Según relatos de testigos presenciales, un individuo logró infiltrarse entre los presentes y acceder al salón principal de la iglesia. Con conocimiento aparente de la disposición de los objetos, el ladrón procedió a saquear el recinto, colocando su botín en una mochila.

El padre Luis, párroco del lugar, expresó su consternación frente a esta serie de eventos: "Es la primera vez que podemos tomar imágenes con las cámaras de video, al menos eso. Todos los elementos de la misa estaban accesibles, estaba todo preparado para la misa". El sacerdote mencionó que en robos anteriores se llevaron desde una silla hasta un banco del coro, pero esta vez, los objetos de devoción y los micrófonos fueron los blancos del delincuente.

En un esfuerzo por recuperar lo sustraído y brindar una explicación a la comunidad, el padre Luis compartió el incidente en redes sociales, con la esperanza de que el delincuente pueda recapacitar y devolver los objetos robados. Sin embargo, reconoce que el valor más significativo no es material, sino espiritual: "La cruz estaba hace muchos años, es la historia de la familia. Los candelabros y otras cosas son objetos de devoción, a los que la comunidad les tiene mucho cariño. Ese es nuestro dolor más grande".

La parroquia presentó una denuncia ante las autoridades policiales, quienes trabajan activamente para encontrar al responsable de este acto vandálico.

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