No es novedad que en el Estado hay cientos de “ñoquis” que cobran un sueldo y no trabajan. Una de ellas es Tatiana Noemi Piñeiro Cecchi, quien fue designada en septiembre del 2021, a través de la Resolución 1446/2021, como directora de Protocolos de Comunicación, oficina que depende del Ministerio de Seguridad bonaerense que encabeza Sergio Berni. A esta jovencita nadie le conoce la cara.

La Dirección de Protocolos de Comunicación fue creada en mayo del año pasado y actualmente es supeditada por la Central de Atención Telefónica de Emergencias 911 (cuya autoridad máxima es Carlos Alberto Lage) y, a su vez, de la Subsecretaría de Tecnologías Aplicadas a la Seguridad, a cargo de Mauricio Idiart Facetta.

Un sueldo básico de un director en la Provincia de Buenos Aires en la actualidad es de 245.930 pesos. De septiembre a la fecha, Piñeiro habría cobrado más de un millón y medio de pesos por (literalmente) no hacer nada.

La finalidad del puesto que debería llevar a cabo la señorita en cuestión son, según figuran en la web oficial del organismo, las de “coordinar y ejecutar los planes necesarios para la confección de protocolos de comunicación adecuados a las emergencias en la Central del 911; desarrollar las acciones pertinentes a fin de lograr la formación continua de los operadores, supervisores y demás integrantes; evaluar su desempeño y potencial laboral”.

Todas estas funciones son realizadas, por una directora "fantasma", que no se presenta a su puesto laboral en la dependencia de 1 y 60, en la ciudad de La Plata, y a quien nadie le conoce la cara. Por lo menos personalmente, ya que en su cuenta de Instagram se la puede ver disfrutando de las playas del Caribe.

Tatiana es oriunda de La Matanza, pero actualmente vive en Parque Patricios. Es hermana de Lautaro Piñeiro, piloto de karting que corrió en la Fórmula Renault y en otras competiciones. Hasta 2020, la joven "ñoqui" ocupó un puesto de administrativa en el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con un sueldo anual de 333.000 pesos, es decir, vive del Estado sin mover un dedo.