De esta manera, la norma establece, por un lado, que los precios de los alquileres solo pueden ajustarse anualmente y por el otro, que los datos para actualizar el valor del alquiler van a ser publicados por el Banco Central.

Ahora bien, la fórmula por la cual se obtiene el dato que luego publicará el BCRA depende de la evolución de los salarios y de la evolución de los precios. Esto quiere decir que, con un 50 por ciento de la variación mensual del Indice de Precio al Consumidor (IPC) y el otro 50 por ciento que depende de la variación mensual de la Remuneración Promedio de los Trabajadores Formales en Relación de Dependencia (RIPTE), se calcula el aumento.

La situación que atraviesan los inquilinos es engorrosa. El aumento de los alquileres y la caída del poder adquisitivo, sumado a la baja oferta de propiedades que cada vez más migran a la venta, coloca a los inquilinos en un panorama preocupante y desventajoso.